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muchas veces tienen que pasar once segundos hasta que reacciono y me doy cuenta de que estoy dejando que mi boca vuelva a tararear esa canción. justo cuando termino de cantar la última palabra del estribillo, justo en ese mismo momento, se produce la catástrofe. y tengo que ir corriendo al armario de las medicinas a por un trozo de algodón y un poco de betadine para curarme otra vez la herida. y es que tengo que reconocer que durante un tiempo he estado pensando mucho menos en tus canciones y en ti. durante un tiempo. pero desde que el otro día me cantaras al oído, y yo como una idiota gritara contigo, la herida ya no es herida. la herida ahora es una abertura en canal. puedo hasta agarrarme el corazón con la mano derecha y sacármelo del cuerpo. de hecho, quiero que sepas que estos días lo llevo haciendo. sobre las siete y catorce minutos de la tarde salgo de casa con el corazón en la mano para que se airee. siempre termino volviendo a casa contigo en la boca. tarareando esas canciones que son tú. y es que he vuelto a pensar en ti y en tus canciones.